viernes, 26 de febrero de 2010

Arcoiris...


Cuando dejo de llover, y a penas destelló, allá a lo lejos, el sol...Llamé a tu puerta, estabas ahí parada junto a la ventana, como quien espera que algo pase afuera. Sólo giraste el rostro cuando dije, que después de la lluvia siempre es lindo salir a caminar, sonreiste como asintiendo con tu gesto, salimos a la calle, caminamos, no sé cuanto, no cuento los pasos...Al llegar a la pequeña banca, a aquella pequeña banca que nos contenia a vos y a mi en un espacio tan nuestro, donde nuestros universos se juntaban...A vos no te gusta mucho usar las palabras, sos más de gestos, de sonrisas y señales, entendí que teniamos que sentarnos, y asi fue...A lo lejos, no tanto, se veia una cascada de colores, un hermosa vista, sobre ese cielo que hacia poco habia estado revuelto, y que hoy se encontraba con un fondo azul, unas nubes arañadas y un manto de colores...Después de nuestra platica sin palabras dijiste:

-Vos sabés porqué se forman los arcoiris?
-Yo te respondí que eran las gotas de lluvia las que hacian las veces de prisma y refractaban los rayos de sol, marcando los colores.
- Después de reirte, y contener el aire, dijiste: Los arcoiris son para gente como vos y como yo, y por eso se forman, para los que nos les da miedo salir, incluso, después de una gran tormenta. Son un regalo que se nos hace. Después de una tormenta la gente piensa que no queda nada bueno. Acaso no han visto los arcoiris?

No te dije nada, te tomé de la mano, y entendí que los arcoiris, esos colores que se fusionan con el cielo, están ahí para las almas que se atreven a mirar al cielo, después de haber sobrepasado la tormenta, a veces llueve afuera y hay arcoiris, a veces llueve por dentro, y también hay arcoiris, esos colores que se extienden en el alma...

lunes, 22 de febrero de 2010

Laberintos...


Caminaba sin orden sin sentido, caminaba porqué debía de hacerlo, mas no sabia hacia donde dirigirse se habia propuesto terminar con esto lo más antes posible, pero no encontraba una salida, a todos lados donde se dirigia encontraba, levantada, una inmensa pared, así todo se convirtio en un callejón sin salida un callejon de emociones, de recuerdos. Se detuvo, dudando sobre el qué hacer, si recorria un camino se encontraba con lo mismo, buscaba preguntas a sus respuestas sin apenas encontrar, aunque sea, algo de sentido. Caminó, tantas veces como pudo los mismos caminos, la vida entre ambos, la vida entre él, la vida entre ella, se habia vuelto, así de siemple, un callejón sin salida...

viernes, 19 de febrero de 2010

Tiene otro rostro...


Odiaba las falsas esperanzas de la gente, las odiaba porque tenia constancia que en la vida no todo es decir: las cosas van a estar bien. Y cuando escuchaba esto de la boca de sus conocidos era como si le golpeara de pronto una ola enfurecida, y le arrastrara una y otra y otra vez. No entendía porqué la gente siempre se siente responsable, o en la obligación de dar una solución, no entendía porqué se empeñaban en hacerle creer algo que no debia creer. Se suponia que debia sonreir cuando alguien le dijera esto, pero la boca la tenia muda, y el gesto congelado, solo pensaba hacia sus adentros que la lastima de las personas duele más que su indiferencia, porqué en el fondo sabia que era lastima, y no esperanza. La esperanza tiene otro rostro...

martes, 16 de febrero de 2010

Me habría quedado...


De habermelo pedido me habria quedado, vos sabias que me iba y aún así no tuviste ni tan siquiera un apice de intención por querer detenerme eso me dolió tanto y fui incapaz de decirtelo, pero aún así proseguí con lo pactado, y vos sabias que me iba y vos sabias que de habermelo pedido me habria quedado, que habria dejado todo lo que tenia, todo lo que queria, sólo con haberte escuchado decir "no te vayas". Pero no fue así no sé sino tuviste valor, o fue exceso de confianza. Yo habría dejado mi orgullo de lado, mi tristeza, ese dolor que me causaba irme, sin tan siquiera querer hacerlo. Pero si me lo hubieras dicho, con una llamada, con un mensaje, con una palabra, o algún gesto, aquella vez me habria quedado, si me lo hubieras pedido...

viernes, 12 de febrero de 2010

Cuestiones de fe...


Un hombre subió a lo alto de una montaña, en la búsqueda intensa de respuestas que nunca antes habia escuchado. Buscaba al Creador, a aquel que le dio la vida. Estando en lo más alto gritó fuertemente:

¿Dónde estás? ¿Aún acá en lo más alto, donde estoy más cerca de ti, no me escuchas?

La voz del hombre rebotaba en las inmensas paredes que la naturaleza creo. Se cansó de gritar y guardo silencio. Cuando en un susurro de viento escuchó:

No por estar en lo alto amigo estás más cerca. Te hablo a diario, con otras voces, en el viento, con las nubes en el cielo, con las estrellas. Pero no escuchas más que tu propia voz.

El hombre respondió: Yo no escucho!!!! No creo!

El Creador dijo: No estás obligado a escuchar, ni a creer.

Habiendo escuchado esto, el hombre hizo silencio, luego con una voz timida, dijo: Y en quién voy a creer, si ya no creo en vos¿?

Mas sin embargo no escuchó respuesta alguna...

lunes, 8 de febrero de 2010

Abismos...


El tiempo entre vos y yo abrió un abismo inimaginable y ninguno de los dos quiso, de ninguna manera, construir un puente, y preferimos agrandar más nuestra distancia, a vos te comió el deseo de encontrar cosas nuevas, de ver otro mundo, de tener esa sensación de libertad. A mi me mató la desquisiable monotonía, el más de lo mismo, la costumbre. No quisimos construir un puente, porqué los puentes sirven para unir. Vos y yo queriamos, en verdad, seguir separados...

viernes, 5 de febrero de 2010

Como estrellas...


A vos alguna vez te tome de la mano, y te lleve a caminar, mientras hablamos de cosas tuyas o mías, o de los dos, y las palabras se esparcian a lo largo de la tarde adornando las pequeñas estrellas que con pena asomaban, apenas, sus brillos. Yo te dije te quiero, vos me regalaste una pequeña sonrisa, adornada con estrellas, con colores de fantasía. Las tardes son como las sonrisas, algunas tienen brillo, otras brisas, y unas a veces se muestran como estrellas, con pena y sin prisas...

lunes, 1 de febrero de 2010

Llorarle a un árbol...


Ella pudo haber sido feliz, de no haberse enamorado, y a pesar de eso no sentia culpa, ni remordimiento sabia, de cierta forma, que era una experiencia inolvidable. Y mientras escribia algunas cartas para él, aunque éstas no tuvieran destinatario, se resignaba pensando que aquellas palabras que escribia en una tira de papel, las levantaría el viento y las llevaría a él, no sería así, y no fue así. A pesar de todo, y con lo poco de recuerdo que aún tenía, se decidió a plantar un árbol de cerezo, árbol que regaria con sus lágrimas, pues al parecer le dolía más llorarle a nada, que llorarle a un árbol...Con el paso del tiempo el árbol creció...y dio flores, en las tardes de viento las flores de color rosa caían, pareciendo las lágrimas que alguna vez ella lloró, los ojos se le llenaban, todas las tardes, de lágrimas de color rosa, mientras su mano temblaba y su corazón se partía...

Yo...

Yo un pequeño escritor que cuenta historias pequeñas de una pequeña vida, historias que no son de nadie, o que quizá si, pero con el paso del tiempo y de los amores, no sé sabe si son reales o una fantasia.

La vida es una suseción de pequeñas historias, de pequeños momentos o instantes, de pequeñas cosas. La vida es un pequeño sueño, efímero. Yo sólo soy un soñador más, un transeunte en la calle, un desamparado del amor, un enamorado, un triste, un solo, yo soy yo, en compañia de todos los que he sido en mi vida.

Gracias por estar en las historias de mi pequeña vida...